sábado, 5 de septiembre de 2009

PLATON

http://www.youtube.com/watch?v=qczj2V7FOfg

La ética platónica mantiene una estrecha relación con su visión antropológica y metafísica. Alma y cuerpo constituyen dos elementos no sólo distintos, sino irreconciliables entre sí: el cuerpo es la cárcel del alma, el lugar donde ésta se hace esclava de lo material y lo pasional. Mientras el hombre permanezca ligado a su cuerpo, se encontrará incapacitado para la felicidad y para el verdadero conocimiento. Alcanzar estos sólo será posible si dominamos nuestra parte material.
LA VIRTUD COMO SABIDURÍA
A la doctrina que equipara sabiduría y virtud se la denomina intelectualismo ético y ya fue formulada por Sócrates, en un intento de superación del relativismo de los Sofistas. Los conceptos morales no son fruto de una convención o pacto entre hombres, ya que se refieren a realidades existentes y permanentes (ideas) que son independientes de la razón y la voluntad humanas. Sin embargo, es a través de la razón como el hombre puede tomar contacto con la realidad moral, realizándola en su persona. A la manera socrática, Platon afirma que sólo el sabio es el virtuoso, porque únicamente conociendo qué es la virtud, es decir, la idea a la que se refiere el concepto "virtud", hay posibilidad de serlo en la vida práctica. El saber y la virtud coinciden y se necesitan recíprocamente.
Lo Justo en sí, la bondad en sí, la prudencia, etc., esto es, los valores morales existen por sí mismos, y por ello es posible definirlos objetivamente y, una vez conocidos, llevarlos a cabo en la vida práctica. El sabio no podrá ser malo, ya que el mal es fruto de la ignorancia, un defecto que no radica en nuestra naturaleza sino en el no cumplimiento de lo esencial de nuestra naturaleza (la racionalidad).
LA VIRTUD COMO PURIFICACIÓN

Aquí reaparece con toda violencia el antihedonismo platónico: los placeres materiales y corporales no sólo no coducen a la felicidad, sino que incluso nos la impiden. Virtuoso y feliz será aquel que purifique su alma de las pasiones y "desórdenes" del cuerpo y se vuelque hacia el mundo eidético, el único capaz de realizar humanamente a el hombre.

"Purificarse es separar lo más posible el alma del cuerpo, acostumbrar al alma a dejar la envoltura del cuerpo, para concentrarse en sí misma, a solas consigo" (Fedón, 67,e.)"La realidad verdadera es que la templanza, la justicia y la virtud no son sino purificaciones de todas las pasiones, y hasta el pensamiento es quizá un medio de purificación" (Fedón, 69,b.)

LA VIRTUD COMO ARMONÍA ENTRE LAS TRES PARTES DEL ALMA

La virtud puede entenderse tambien como un equilibrio y armonía entre las distintas partes del alma. Debe desarrollarse tal acuerdo entre ellas que se unifiquen los distintos elementos que conforman el compuesto humano, sometiéndolos a la razón. Es esta la única que puede regir esta armonización:
La razón no tiene más que un camino a seguir en sus indagaciones; mientras tengamos nuestro cuerpo, y nuestra alma esté sumida en esta corrupción, jamás poseeremos el objeto de nuestros deseos; es decir, la verdad. En efecto, el cuerpo nos pone mil obstáculos por la necesidad en que estamos de alimentarle, y con ésto, y las enfermedades que sobrevienen, se turban nuestras indagaciones. Por otra parte, nos llena de amores, de deseos, de temores, de mil quimeras y de toda clese de necesidades; de manera que nada hay más cierto que lo que se dice ordinariamente: que el cuerpo nunca nos conduce a la sabiduría. Porque ¿de dónde nacen las guerras, las sediciones, los combates? Del cuerpo, con todas sus pasiones. En efecto; todas las guerras no proceden sino del ansia de amontonar riquezas, y nos vemos obligados a amontonarlas a causa del cuerpo, para servir como esclavos a sus necesidades.He aquí por qué no tenemos tiempo para pensar en la filosofía; y el mayor de nuestros males consiste que en el acto de tener tiempo y ponernos a meditar, de repente interviene el cuerpo en nuestras indagaciones, nos embaraza, nos turba y no nos deja discernir la verdad. Está demostrado que si queremos saber verdaderamente alguna cosa, es preciso que abandonemos el cuerpo, y que el alma sola examine los objetos que quiere conocer. Sólo entonces gozamos de la sabiduría, de que nos mostramos tan celosos; es decir, después de la muerte, y no durante la vida. La razón misma lo dicta : porque si es imposible conocer nada en su pureza mientras vivimos con el cuerpo, es preciso que suceda una de estas dos cosas: o que no se conozca nunaca la verdad, o que se conozca después de la muerte, porque entonces el alma, libre de esta carga, se pertenecerá a sí misma; pero mientras estemos en esta vida no nos aproximaremos a la verdad sino en razón de nuestro alejamiento del cuerpo, renunciando a todo comercio con él y cediendo sólo a la necesidad.

PARTES DEL ALMA

RACIONAL(nous, lógos) // IRASCIBLE (Thymós) // APETITIVA(epithymía)
CARÁCTER
Inmortal Mortal Mortal
SITUACIÓN
Cabeza Tórax Estómago
VIRTUDES
Prudencia, sabiduría Fortaleza, Valor Templanza

(Phrónesis, sophía) (andreía) (Sophrosyne)
CLASESSOCIALES
Gobernantes-filósofos Guardianes Productores

Esta división del alma le permitirá justificar la desigualdad social: ésta tiene un origen natural. Los hombres deben pertenecer a una clase social u otra dependiendo de la clase de alma predominante en ellos. En el cuadro de arriba se muestra un esquema de la correspondencia entre las clases de alma, sus virtudes inherentes y la clase social a la que pertenecen.
Platón busca un modelo de Estado que produzca hombres “buenos”, justos y virtuosos. Sólo es un estado justo pueden evitarse injusticias como la de la muerte de Sócrates. Por eso la ética está directamente relacionada con la política, y no se puede pensar la una sin la otra. El hombre bueno, contribuye al bien del estado, y el Estado ideal produce hombres buenos. La relación entre ambos es recíproca:Ética = PolíticaLa justicia se convierte, en consecuencia en la virtud fundamental de la Ética y de la Política. La justicia hace al hombre virtuoso, y al Estado perfecto. Por eso es necesario encontrar una definición de justicia universal, válida para todo hombre, para todo Estado, en todo momento y en todo lugar. Esto es lo que intenta Platón en “La República”, donde Sócrates discute con Telémaco y Glaucón. La discusión es muy actual.
Los dos sofistas defienden:
La justicia es el dominio del más fuerte. Esta tesis será defendida por Marx en el siglo XIX, y en la actualidad sigue habiendo autores que afirman que la ley es un instrumento de dominación de los poderosos sobre los débiles (por ejemplo M. Foucault, “Vigilar y Castigar”). Es un pensamiento arraigado en los más desfavorecidos, que miran con desconfianza a todo el aparato legal y político.
El injusto es más feliz, porque logra más poder y placer que el que se ajusta a la moral. Desde este punto de vista, el comportamiento moral será siempre represor, “castrador” de los verdaderos deseos del hombre. Esta idea será recuperada en cierta forma por Nietzsche en su crítica a la moral, y está presente también en nuestros días, en muchos de los llamados autores posmodernos.
Para responder a estas dos tesis, Platón se vuelve a la naturaleza humana. Trata de encontrar una concepción del ser humano que exija una moral en condiciones. SI el ser humano es sólo un atajo de impulsos, parece que la moral será siempre una represión, tal y como defienden los sofistas. Sin embargo, para Platón el hombre es algo más que impulso, algo más que deseo. Platón descubre tres partes del alma humana, y a cada una de ellas irá asociada una virtud.

1. Alma racional: situada en la cabeza, sería la encargada del conocimiento de las cosas y del pensamiento. Su virtud sería la sabiduría o la prudencia.

2. Alma irascible: situada en el tórax, se ocupa de dominar las pasiones y su virtud específica sería la fortaleza. El sujeto debe controlar tanto su odio como su amor hacia los demás.

3. Alma concupiscible: se encontraría en el abdomen o en el bajo vientre, y su función sería el dominio de los impulsos o dominio de sí. La virtud que le es propia es la templanza o la moderación.

Entre estas tres partes del alma debe existir armonía y justicia. Si el alma racional, siendo prudente, guía a la parte irascible, que deberá ser valerosa, y ambas dominan al alma concupiscible que deberá ser atemperada, el hombre será armonioso y justo, y eso contribuirá a crear un Estado armonioso y justo.La virtud platónica presenta así diferentes caras:

1. Sabiduría: el sabio es virtuoso. Esto está directamente relacionado con el intelectualismo moral de Sócrates, y ataca el relativismo de los sofistas.

2. Purificación: el hombre debe purificar su alma de las pasiones y desprenderse del cuerpo. Se valora más el alma que el cuerpo, y el sujeto debe ser capaz de controlar en todo momento sus impulsos y sus sentimientos pasionales.

3. Armonía, justicia. Todo esto conduce a la Utopía platónica, un Estado ideal en el que no es posible ningún tipo de injusticia. Será un Estado formado por tres clases sociales, que se corresponderán con una parte del alma y a su vez con una virtud moral:
Clase social Parte del alma Virtud moral
Gobernantes Alma Racional Prudencia, sabiduría
Guardianes Alma Irascible Fortaleza, valor
Productores Alma Concupiscible Templanza

3 comentarios:

  1. Magnífico trabajo de investigación.

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  2. Hola desearía que mañana comentaran lo escrito sobre Platón, y no olviden que
    también hay que preparar algosobre Aristóteles.
    Abrazo virtual.
    La profe.

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